Dar el pecho es un acto hermoso que fortalece el vínculo entre la madre y el bebé, pero para muchas madres, el dolor asociado con la lactancia puede presentar desafíos. Acá te contamos cómo hacer de este momento algo más cómodo y placentero tanto para la madre como para el bebé.
Un desafío común a todas las madres
El dolor durante la lactancia generalmente se manifiesta como pezones doloridos o sensibles, especialmente después de la “subida de la leche”, entre el segundo y cuarto día después del parto. Con el bebé alimentándose cada dos horas, este dolor puede intensificarse rápidamente, llevando a grietas, sangrado o incluso ampollas en los pezones. Abordar este dolor es esencial para garantizar una experiencia de lactancia positiva.
Sugerencias para aliviar el dolor:
1. Verificá el agarre del bebé
Asegúrate de que tu recién nacido tenga una porción significativa de la parte inferior de la areola dentro de la boca al alimentarse, con el pezón presionado contra el paladar y sostenido suavemente por debajo con su lengua.
2. Probá con diferentes posiciones
Ir cambiando de posiciones de lactancia, como la posición tumbada, de cuna cruzada, bajo el brazo (conocida como “pelota de rugby”) o acostada, ayuda a reducir la presión en áreas doloridas del pecho.
3. Cuidá tus pezones
El cuidado diario de los pezones es imprescindible y la mejor forma de hacerlo es recurrir al método conocido como “A.L.A.S.” y consta de los siguientes pasos:
Aire: dejar los pechos secar al aire después de cada toma.
Lubricación: de los pezones con una gota de la primera leche que producís, para evitar o tratar las grietas de la piel.
Agua: para lavarlos -sin utilizar jabón-, y nunca frotarlos.
Sol: en tomas de unos pocos minutos, siempre antes de las 11 horas y después de las 16 horas.
Es importante además que uses corpiños/sostenes holgados y cómodos, así como también, que uses protectores de pezones para evitar el roce de la ropa en áreas doloridas. La lanolina en crema ultrapura o la crema de caléndula también pueden ayudar a aliviar el dolor y la piel reseca.
4. Sé paciente
El dolor tiende a disminuir después de unos días, a medida que tu cuerpo se adapta a dar el pecho y la succión del bebé se vuelve más eficiente.
5. Consultá a un especialista en Lactancia
Si el dolor persiste, es importante que busques la ayuda de un profesional de la salud, un especialista o una consultora de lactancia. Un dolor continuo puede señalar la presencia de una infección que requiera medicación.
Y por otro lado, es posible que se logre superar el problema corrigiendo la técnica de succión, asegurándonos de que la boca y el cuerpo de tu bebé estén correctamente posicionados y se produzca un buen agarre. También pueden examinar la boca del bebé en busca de posibles problemas físicos.
Recordá que cada experiencia de lactancia es única, y la paciencia y el cuidado adecuado pueden marcar la diferencia.
¡Animate a buscar el apoyo necesario y hacé de la lactancia una experiencia cómoda y agradable para vos y tu bebé! Te esperamos en nuestro Consultorio de Lactancia de lunes a viernes de 6 a 14 hs.